La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito por la postura sustentada por la República Argentina y la hermana República Federativa del Brasil ante la Cumbre del G-20 realizada en la Ciudad de Londres entre los días 2 y 3 de Abril respectivamente.-

Señor presidente:

Las palabras expresadas por muchos de los lideres de las potenciales mundiales y en especial la del Presidente Barack Obama y su par el primer ministro inglés, Gordon Brown, en relación a que "un nuevo orden mundial está emergiendo"; "el Consenso de Washington está muerto"; "estamos frente a un giro histórico"; "el secreto bancario es cosa del pasado"; "ya no habrá recompensas a los que fracasan"; etc, etc, demuestran que la Argentina desde el año 2003 no ha estado equivocada en sus planteos y en la implementación de sus políticas.

Muchas de las conclusiones de esta reunión histórica del Grupo de los 20, expresada en la declaración final de la cumbre forman parte de un viejo anhelo expresados por la República Argentina y la República Federativa del Brasil, que más allá de demostrar las coincidencias en sus políticas también expresan que la integración regional tiene como resultados no solo las cuestiones que pertenecen al bloque, sino que se puede y se sostienen planteos conjuntos en los foros internacionales con los resultados auspiciosos como los expresados en esta cumbre.

Repasar el listado de medidas y compararlas con lo que había resuelto la anterior cumbre del G-20 en Washington, a mediados de noviembre pasado, muestra cuánto cambiaron las cosas entre un momento y otro. El contraste es notorio. El anterior encuentro de Presidentes de las grandes potencias y de las economías emergentes se hizo sobre el final del mandato del expresidente George Bush, un defensor a ultranza del neoliberalismo, y sin la participación del ya electo Barack Obama. Los países europeos tampoco lucieron muy convencidos de avanzar decididamente en varios temas y lo que salió fue una declaración que reconocía que se estaba frente a una crisis grave, que había cuestiones del funcionamiento de los mercados a corregir, pero no se incluían medidas concretas ni se evidenciaba la urgencia que aparece ahora. Bush cerraba el encuentro diciendo que no abandonaba la filosofía del libre mercado.

Si bien hoy las cosas cambiaron mucho, el temor a que la crisis se vaya de las manos se pudo ver en los rostros de los Presidentes de las principales potencias. También exhibieron otra disposición a escuchar, al punto que aceptaron borrar de la declaración final de la cumbre la palabra "flexibilización" que figuraba en el capítulo laboral. Lo hicieron por el pedido de del Presidente Lula da Silva y la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Aunque Estados Unidos e Inglaterra, de un lado, Alemania y Francia, del otro, pulsearon muy fuerte en la previa a la cumbre, finalmente los gobiernos hicieron un esfuerzo por transmitir un mensaje claro y categórico. Las conclusiones pueden dividirse en tres grandes ejes:

1. Las medidas para reestablecer el crecimiento.

2. La reforma de organismos financieros y la regulación de mercados.

3. El compromiso de apuntalar el comercio internacional.

Como lo afirmara con entusiasmo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se congració de que ahora sean los líderes mundiales quienes arremetan contra las bases del neoliberalismo, al menos desde el discurso. "Ahora todo esto se tiene que implementar", ese sin lugar a dudas es el deseo de todos los habitantes del mundo.

Señor Presidente, es por los motivos expuestos que solicito a este Honorable Cuerpo la aprobación del presente proyecto de Declaración.