La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el fallo de la Corte Suprema de Justicia que ratificó la condena a Miguel Osvaldo Etchecolatz a reclusión perpetua por sus crímenes cometidos en el marco del genocidio que constituyó en nuestro país la dictadura militar vivida entre 1976 y 1983.

Señor presidente:

La Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de ratificar el fallo condenatorio al ex comisario de la Policía Bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolatz, quien fuera condenado en septiembre del año 2006 a reclusión perpetua por haber cometido los delitos de homicidio calificado, privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos durante la última dictadura militar. En aquél fallo hoy ratificado, por primera vez el Tribunal compuesto por los jueces Carlos Rozanski, Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo señaló que sus crímenes "fueron delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de un genocidio".

Destacamos la ratificación por parte de la Corte de este fallo y en particular de sus fundamentos ya que confirma también que los crímenes que cometió Etchecolatz fueron parte de un genocidio. Y ésta aceptación es principalmente la que queremos resaltar ya que creemos que ya era hora de que también la Justicia -y en este caso su órgano máximo- tomaran como propia una reivindicación histórica y una pelea que se dio en muchos ámbitos por designar a la última dictadura como un genocidio y que ahora viene a ser ratificado por el Máximo Tribunal.

Consideramos que el fallo original del Tribunal Oral Nº 1 de la Plata es un ejemplo respecto del carácter en que tienen que ser sancionados todos los delitos cometidos durante la dictadura. Por eso también nuestra satisfacción por el fallo de la Corte, ya que vienen a dejar sentado frente a las apelaciones de la defensa de Etchecolatz que un criminal de la dictadura debe estar detenido con reclusión perpetua por genocida.

Queremos traer a colación la explicación de los abogados y organismos de derechos humanos que integran el colectivo Justicia Ya! y que fuera parte importante de la querella que acusó a Etchecolatz y que logró esta ejemplar condena, al señalar que " establecer que la dictadura militar cometió un genocidio es diferente que decir que cometió crímenes de lesa humanidad. Asesinar a toda la población de una ciudad indiscriminadamente, es un delito de lesa humanidad pero no es un genocidio. Genocidio es cometer delitos tendientes a aniquilar a una parte en especial de la sociedad con el objetivo de cambiar los valores éticos, sociales y políticos del resto de esa sociedad. Genocidio es matar de manera planificada, discriminada, elegir con objetivos claros y específicos, a quienes matar".

Por último y en particular cuando nos referimos al juicio contra este genocida, tenemos nuevamente la obligación de señalar que el testigo y querellante en el juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz, Jorge Julio López, sigue desaparecido al día de la fecha. López fue un testigo importantísimo de este juicio ya que con su testimonio se pudieron acreditar muchos de los crímenes que se le imputaban a Etchecolatz y por los que luego fuera condenado. Jorge Julio López no sólo declaró que fue torturado por el propio ex comisario en su cautiverio ilegal en 1976, sino que además identificó a Etchecolatz como integrante de la "patota" que ilegalmente lo detuvo en su casa en ese año. Además López declaró que vio cómo ejecutaban con disparos en la cabeza a otras dos víctimas de esta causa, Patricia Dell 'Orto y a su esposo, Ambrosio De Marco, en el centro clandestino de detención conocido como el Pozo de Arana.

López desapareció por segunda vez y aún no tenemos noticias de su paradero mientras la causa judicial por su desaparición sigue un derrotero bastante lejano al que debería seguir para resolver rápidamente el destino de López, quien lleva ya desaparecido 2 años y medio.

Por todo lo expuesto, señor Presidente, solicitamos la aprobación del presente proyecto de resolución.