La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Anular el régimen de compensación monetaria por pasajes no usados.

Poner a tratamiento de las comisiones correspondientes en las que tienen giro, todos los proyectos referidos al monto de las dietas y adicionales que perciben los diputados de esta Cámara.

Señor presidente:

Por tercer año consecutivo estalló la polémica nacional por el dietazo que denunciamos por primera vez en septiembre de 2016.

Este año la cuestión saltó a partir de una nota del diario Infobae que hizo público el ranking de canjeadores de pasajes durante 2017. Al tope apareció la “fiscal de la República” Elisa Carrió, junto a Alberto Roberti del PJ, y diputados de todos los bloques de la Cámara, que por la vía del canje de pasajes, se aumentaron sus dietas en un 30%, en negro, libre de Ganancias. El periodismo no pudo evitar que se sepa que sólo diez diputados nunca canjearon pasajes en 2017, entre ellos los cuatro diputados del Frente de Izquierda.

Ante la opinión pública, el presidente Macri salió a criticar este viejo mecanismo del parlamento. Pero su posición fue cuidadosa de preservar el status y los ingresos de privilegio de los diputados que le votan las leyes del ajuste. Por ello propuso que “si no les alcanza el sueldo”, blanqueen un aumento. Es decir, que mientras se aplica implacablemente el tope del 12/15% a las paritarias de todas las actividades, se prepara un aumentazo a las dietas que se suma al que tendrá lugar producto de paritaria del personal legislativo del año 2018, de aplicación automática, como todos los años. Esta es una película que ya hemos vivido en los últimos años.

En 2016, el presidente de esta Cámara conjuntamente con la vice presidenta Michetti, en su función de presidenta del Senado, habían resuelto un aumento de los haberes de los diputados en un 47%, junto con un incremento adicional de los gastos de representación, de desarraigo y, por medio del decreto 488/16, del régimen de compensación monetaria por el canje de pasajes no usados. En ese entonces nuestra banca –a través de los diputados Néstor Pitrola, Soledad Sosa y Pablo López-, sometió a votación un proyecto de resolución que instituía la anulación de “las resoluciones firmadas por la Presidencia de esta HCDN que establecieron aumentos de los montos percibidos por los diputados en concepto de dietas, de duplicación de los gastos de representación y aumento en el ítem de desarraigo, a lo largo del período 2016” y que se anule el régimen de compensación económica por pasajes no utilizados (Expte. 7685-D-2016). Nuestro proyecto fue rechazado por la Cámara, pero empalmó con una gigantesca indignación popular por el notorio contraste entre las obscenas dietas de los diputados, de un lado, y los ingresos de penuria para la gran masa de los trabajadores, del otro. La conmoción que causó esta denuncia llevó al diputado Monzó, a horas de la madrugada, a anunciar que daba marcha atrás con el aumento que elevaba los ya altos salarios legislativos.

Al año siguiente, en 2017, el gobierno vuelve a la carga con el dietazo y -con el aval directo y explícito de los presidentes de los bloques del PRO, UCR; FPV, Evita, CC y ARI- lograron imponerlo. Nuestra bancada rechazó públicamente esos aumentos. La magnitud del incremento de la dieta llegó entonces hasta un 133%. Se trató de un nuevo operativo a espaldas del pueblo y al margen del funcionamiento de la propia Cámara de Diputados –como pretenden hacer ahora nuevamente con el revuelo que se abrió en torno al canje de pasajes.

El sistema que rige en el Congreso en relación a los pasajes consiste en que todo legislador nacional dispone de 20 pasajes aéreos y 20 pasajes terrestres. Hasta ahí no tenemos objeciones, pero lo perfidia está en que los legisladores pueden canjear los pasajes que no utilicen por una compensación económica, que también ha aumentado en proporciones similares al incremento de haberes en los últimos años. Hoy tenemos que los diputados canjean los pasajes por hasta $40.000 y los senadores por $70.000, como buena “cámara alta” que es.

El canje de pasajes no usados por dinero es una forma indirecta de incrementar las ya abultadas dietas de los legisladores. Quienes deberían representar al pueblo, pasan a tener ingresos que se corresponden con los CEOs de las grandes corporaciones y se alejan cada vez más del ingreso de los trabajadores. En realidad, algunos diputados (así como gran parte de los ministros y funcionarios de alto nivel), son CEOs con pedido de licencia, que asumen sus funciones en defensa de los intereses corporativos que representan. Y los bloques mayoritarios del Congreso, defienden los intereses de dichas corporaciones, beneficiándolas con tarifazos, leyes de blanqueo y de exención impositiva entre otras medidas.

Es indudable que la disponibilidad de estos pasajes son una necesidad, como sucede con los diputados y senadores del interior del país, y para todos los diputados en general, como parte de un insumo necesario para conectar la actividad parlamentaria con todo tipo de actividades que la vinculan al movimiento popular. Por ejemplo, como hacemos desde nuestra banca, la organización de audiencias públicas que traigan al Congreso las luchas populares de distintos puntos del país, que requiere del traslado de trabajadores en conflicto de las distintas provincias, representantes del movimiento de derechos humanos, familiares y víctimas de distintos atropellos de todo el país. Pero la compensación económica, financiada por el Estado, para quienes no los usen, constituye un privilegio completamente injustificado.

En estos momentos, los medios han informado que se están realizando reuniones secretas entre los presidentes Monzó y Michetti, de Diputados y Senadores, con los presidentes de los bloques que acuerdan con el dietazo. Nuestro bloque, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, ha sido, desde luego, excluido de tal contubernio. Según ha trascendido, la resolución en carpeta elevaría la dieta en blanco y sacaría los pasajes de los diputados de Capital y Provincia de Buenos Aires. Se trata de un golpe a la actividad política del diputado para la cual están pensados los pasajes, como ya hemos señalado, la conexión y contacto con las demandas populares de todo orden en cualquier lugar del país. Este tipo de medidas es una restricción a la acción política de los diputados que no tienen financiamiento del capital. Los partidos de Estado no tendrán problemas para que le paguen los pasajes para apoyar la entrega de los recursos estratégicos o promover en las provincias la armonización previsional para robar a los jubilados. Se trata de una vuelta de rosca en la privatización de la acción política, en el mismo sentido que apuntan con respecto al financiamiento de los partidos políticos, eximiendo al Estado de su responsabilidad de financiamiento.

Los socialistas del Partido Obrero en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores defendemos que quienes son electos para representar al pueblo, además de ser electos y revocables por el voto popular, no estén alejados materialmente del conjunto de la clase obrera. En función de ello nuestro bloque vuelve a presentar su proyecto de ley que establece que ningún legislador puede percibir una suma mayor a 4 (cuatro) veces el salario mínimo, vital y móvil. Esta propuesta es consistente con el programa fundacional del Frente de Izquierda y con la práctica de sus diputados que en todo el país donan sus dietas en todo lo que excede a una canasta familiar a las organizaciones sociales, populares, de lucha y de construcción socialista.

Si los ingresos de los Diputados no le alcanzan para vivir ¿qué puede decir un jubilado o un trabajador? Eleven los salarios y jubilaciones y también aumentara la dieta del Legislador.

Como se ha constatado en los últimos años, el rechazo de la población a este tipo de privilegios para quienes se dicen “representantes del pueblo” es enorme.

Por todo lo expuesto llamamos a los señores diputados a votar el presente proyecto.