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PROYECTO DE TP


Expediente 1666-D-2008
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA REALIZAR LAS GESTIONES NECESARIAS ANTE LA SEDE DEL TRATADO ANTARTICO PARA EXPRESAR PREOCUPACION TRAS EL HUNDIMIENTO DEL CRUCERO BRITANICO "EXPLORER" Y EL RECIENTE DESPRENDIMIENTO DE LAS PLACAS DE HIELO PERTENECIENTES A LA BARRERA WILKINS, LA CUAL ACARREA CONSECUENCIAS AMBIENTALES.
Fecha: 23/04/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 30
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Solicitar al Poder Ejecutivo que disponga arbitrar las medidas conducentes a fin de que el representante argentino ante la sede del Tratado Antártico exprese la preocupación del país tras el hundimiento del crucero Británico "Explorer" y el reciente desprendimiento de las placas de hielo pertenecientes a la barrera de Wilkins y proponga como medida preventiva y paliativa del daño ambiental, la prohibición del tráfico aéreo y marítimo en el continente blanco con fines turísticos.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Si bien entre el 30 de abril al 11 de mayo de 2007, en la Trigésima Reunión Consultiva del Tratado Antártico (XXX RCTA) que se celebró en Nueva Delhi (India) los representantes, entre otros temas, manifestaron su preocupación por el posible impacto del aumento de las actividades turísticas en el medio ambiente antártico, incluidas su flora y fauna silvestres, recomendaron que: Las Partes, de conformidad con su legislación interna:
1) Desalienten a los operadores turísticos de buques que transporten más de 500 pasajeros a efectos de que no realicen desembarcos en la Antártida, o les nieguen la autorización correspondiente.
2) Recomienden o exijan a los operadores turísticos:
a) Que coordinen entre ellos de forma tal que no haya más de una embarcación de turismo en un lugar de desembarco al mismo tiempo;
b) Que restrinjan el número de pasajeros que estén en tierra al mismo tiempo a 100 o menos, salvo indicación en contrario en Medidas o Resoluciones pertinentes de la RCTA; y
c) Que mantengan una relación mínima de 1 guía por cada 20 pasajeros en tierra, salvo indicación en contrario en Medidas o Resoluciones pertinentes de la RCTA.
No obstante esta toma de conciencia y batería de medidas a adoptar por los estados partes entiendo que no solo son insuficientes, sino de difícil contralor.
La Antártida conserva en la imaginación de todos, el mito de ser el último lugar del planeta donde se puede convivir con un medio ambiente sin contaminación, no obstante es el más vulnerable.
Los turistas pisan y destruyen los delicados musgos y líquenes que conforman la flora antártica. La fauna se inquieta porque amenazan su hábitat. Las personas son portadoras de gérmenes o parásitos no nativos, que de establecerse en la Antártida se convertirían en plagas sumamente devastadoras. Simplemente el viaje en barco es un atentado ecológico que se demuestra con cifras: un crucero produce por día siete toneladas de basura, 114 mil litros de excrementos y más de 900 mil litros de agua sucia a más de 57 de desperdicios tóxicos y emisiones diésel.
Hay que tener en cuenta que desde la temporada 1992/1993 (la temporada de cruceros en la Antártida se extiende desde octubre hasta abril) hasta la 2006/2007 el número de turistas casi se ha quintuplicado en casi quince temporadas. A este ritmo y si sigue aumentando a esta velocidad, en los próximos quince años la cantidad de turistas serán lo suficientes como para que el medio ambiente se vea afectado.
Asimismo, los accidentes de embarcaciones en la zona son frecuentes, por se el hielo una trampa mortal que pone en peligro no solo la seguridad de las personas que viajan en ellas, sino además, el irremediable daño al medio ambiente.
Baste recordar que en noviembre de 2007, los argentinos vimos con estupor imágenes televisivas del hundimiento y rescate de los ocupantes del crucero Británico "Explorer" que chocó contra un iceberg.
Cargado de 185 mil litros de gasoil; transportando 154 ocupantes que naufragaron en heladas aguas y milagrosamente pudieron ser salvadas.
Tras su hundimiento, el Explorer" dejó una mancha de petróleo de aproximadamente 180 por 20 metros.
Cuando se produce este tipo de siniestro recién tomamos conciencia del impacto negativo del turismo, que genera daños al visitante extranjero que transita en habientes que por su propia naturaleza no le brindan seguridad y el consecuente daño que provoca al ecosistema.
El efecto contaminante y destructivo del ecosistema antártico está garantizado. Sistemas menos delicados, como los parques naturales terrestres y marinos ya los han sufrido.
Por otra parte, debemos sumar el efecto negativo que viene padeciendo la Antártida producto del calentamiento global.
Una prueba más de ello, son los dos últimos desprendimientos de grandes capas de hilo pertenecientes a la barrera de Wilkins, acaecidos en los primeros meses del corriente año.
El anuncio del desplome fue realizado por el British Antarctic Survey ( BAS, por sus siglas en inglés), y por el Centro estadounidense de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIC, por sus siglas en inglés), con base en Boulder. El organismo científico sostuvo que la desintegración de la capa de hielo Wilkins, la más extensa y en peligro de la península antártica, es una nueva evidencia del rápido calentamiento de la Tierra.
En este escenario, es probable que las generaciones futuras se enfrenten con daños irreversibles por un lado, y se terminen tomando medidas rápidas e improvisadas.
Es por ello que la Argentina, como país firmante del Tratado Antártico y como país sede en que funciona el mismo, debe alzar su voz de alerta. Es hora de tomar conciencia de que para conservar el continente blanco, la primera regla es no convivir con él.
Por lo anteriormente expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
OBEID, JORGE ALBERTO SANTA FE FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)