La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que informe, a través del Ministerio de Defensa, si es cierto que se pretende anular el régimen de entrenamiento mediante ejercicios con armamentos en los Liceos Militares y, en caso de ser afirmativa la respuesta, cuál es el criterio que sustenta la presunta reforma; Asimismo se solicita que se informe si se halla previsto desafectar terrenos que hoy utilizan los Liceos para destinarlos a otros fines ajenos a los educativos y formativos que se realizan en esos tradicionales establecimientos; Y finalmente se informe cómo se prevé formas las Reservas si efectivamente los liceístas dejaren de entrenarse con armamentos.

Señor presidente:

No se comprende el motivo por el cual recurrentemente el Poder Ejecutivo Nacional pergeña proyectos para desactivar a los liceos militares o, cuanto menos, neutralizar sus benéficos resultados en los planos educativos y formativos que han brindado a generaciones de argentinos egresados de esos establecimientos, entre los cuales se destacan varios hombres públicos de trayectoria y actuación más que relevante. Sin remontarnos en la retrospección, el expresidente de la República Dr. Raúl Alfonsín es uno de esos memorables casos.

Igualmente no se entiende el porqué se busca desarticular lo que funciona relativamente bien. Es una suerte de estrategia al revés: en lugar de profundizar y proyectar lo que funciona y reformar y corregir lo que no lo hace, en el país por momentos pareciera que se practica una política inversa: se ahondan los males; se neutralizan las bondades.

No es casual que toda la Nación conozca y reconozca al "espíritu liceísta", caracterizado por la honradez, la vocación de servicio, la hombría de bien, la cooperación solidaria y otros valores y virtudes entre los que no dudo en incluir al civismo. Sí, porque una formación militar virtuosa prepara para el civismo.

La mera noticia de que en el Ministerio de Defensa Nacional se adoptaron las Resoluciones ministeriales nº 59 del 8/2/13 y nº96 del 27/2/13 en el sentido de abolir los entrenamientos con armas causa no sólo sorpresa, sino que azora. Apenas mitigado ese azoramiento por la versión, también emanada de Defensa en el sentido que estaría dando marcha atrás con esas erradas decisiones a raíz de "las numerosas críticas recibidas".

La formación de los Liceos incluye algo que les es connatural: el ejercicio militar, el entrenamiento y preparación para la defensa. Y la disciplina que peculiariza a ese entrenamiento. Por eso mismo los liceístas son la base de la Reserva, esa legión de ciudadanos que se ubica a la vanguardia de la Nación para el ominoso caso de que nuestra patria sea agredida o que una grave catástrofe - natural o humana - conmueva al país.

Como expresó mi colega el diputado nacional Carlos Carranza en una declaración pública "esta es la segunda vez el Gobierno Nacional se empeña en anular la educación especial para quienes se decidan por la carrera militar, o simplemente opten por una enseñanza en institutos en los que se preparan ciudadanos para la defensa... se percibe un prejuicio ideológico contra las Fuerzas Armadas, a tal punto que es muy probable que tengan que cerrar los liceos militares existentes en el país". La primera acaeció durante la presidencia de Néstor Kirchner, quien revisó su resolución ante la oposición manifestada por a la sazón gobernador de Mendoza, también ex liceísta.

"La preparación de los hombres y mujeres que tengan vocación militar es una cuestión de estado, que incluso luego de la supresión del servicio militar, solo ha quedado en los liceos y en las escuelas militares para oficiales y suboficiales. Pero ahora con la implementación de nuevos planes se considera que dichos establecimientos deben quedar en manos de civiles, con programas en los que no se puede dar formación en materia de tácticas de guerra ni el uso de armamento, invocando Convenciones Internacionales que protegen a los niños y menores, lo cual es totalmente equivocado, habida cuenta que esta protección esta puesta respecto de aquellos estados que los involucran en la acción directa de la guerra", continúa expresando Carranza, con palabras que hago mías y que abonan y fundan este Pedido de Informes,.

El Congreso Nacional tiene competencia en materia de organización de las fuerzas armadas (art. 75, inc. 27 CN), pero ha sido soslayado. Nunca fue consultado. Tampoco fueron consultados las instituciones, los alumnos, sus padres, ex liceístas ni tampoco los gobiernos provinciales, lo que ha motivado que tanto el Gobernador de Misiones como el de Mendoza - reiterando su rechazo de años atrás - se manifestaran en contra de esa resolución inconsulta.

Se extiende por todo el país la sensación de que estas decisiones no obedecen a políticas de Estado ni a criterios razonables, sino a ópticas preñadas por el prejuicio. Es una indebida forma de gestionar la cosa pública.

Por lo expuesto, pido el respaldo para esta iniciativa de Pedido de Informes.