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PROYECTO DE TP


Expediente 1274-D-2009
Sumario: ESPECIE AGUILA CORONADA "HARPYHALIAETUS CORONATUS". SE LA DECLARA MONUMENTO NATURAL NACIONAL Y DE INTERES PUBLICO.
Fecha: 27/03/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 19
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Artículo 1º - Declárese monumento natural nacional y de interés público la especie águila coronada (Harpyhaliaetus coronatus), a fines de su conservación.
Artículo 2º - La presente ley se difundirá en escuelas y establecimientos educacionales en general.
Artículo 3º - Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Proponemos declarar el águila coronada (1) (Harpyhaliaetus coronatus) como Monumento Natural Nacional, asumiendo lo establecido por la Ley Nacional 22.351 de Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales.
El águila coronada, conocida también como águila copetona, águila silbona o águila de la flecha, es quizás el ave cazadora más grande y más representativa de nuestro país por hallarla en casi las dos terceras partes de nuestro territorio: desde el norte hasta la Provincia de La Pampa, sumando algunos registros históricos en la provincia de Neuquén. Paradójicamente, se estima que su población en el planeta es de 250 a 1.000 individuos, según Birdlife International 2004.
Su imponente envergadura supera los 180 cm, su altura alcanza los 85 cm y pesa cerca de 3,5 kg., siendo la hembra más grande que el macho. Se alimenta de mamíferos de pequeño a mediano tamaño tales como los peludos (Chaetaphractus villosus), pichis (Zaedyus pichiy), los que al parecer serían parte importante en su dieta, y especialmente en épocas de cría, comadrejas (Didelphys sp.), y zorrinos (Conepatus humboldti); a su vez, también consume algunos reptiles como lagartos (Tupinambis sp.) y víboras (Bothrops sp.), y algunas aves. Para atrapar tales presas tiene tarsos dotados de fuertes garras con las cuales sujeta y comprime al animal hasta matarlo. Como depredador contribuye en el control de las poblaciones evitando su proliferación desmedida, colocándose de esta manera en la cúspide de la pirámide alimentaria donde no halla enemigos naturales.
Pertenece a la familia Accipitridae y se caracteriza por tener un cráneo alargado dotado de un poderoso pico en forma de gancho para desgarrar su alimento. Tiene grandes ojos orientados hacia el frente al igual que el hombre pero su visión es 4 veces superior a la nuestra permitiéndole descubrir sus presas a grandes distancias.
Su coloración en estado adulto es de un tono gris plomo, la cola es negra con una banda central blanca y los tarsos son robustos y de color amarillo. Como característica principal presenta un conjunto de plumas occipitales largas, dando forma a una suerte de corona que da nombre a la especie y es la clave más segura para identificarla. Su vocalización es un silbido fuerte, agudo y prolongado.
El juvenil difiere respecto al adulto en cuanto a su coloración, presentando variaciones de diseño acordes a su edad durante los primeros 5 años de vida, el período que tardan en alcanzar la madurez sexual. En general presenta un color crema en toda su zona ventral interrumpida por pintas marrones, casi formando una pechera, y un color pardo en el dorso.
El período de cría abarca los meses de agosto a diciembre. Construye una plataforma de ramas de aproximadamente 100-150 centímetros de diámetro que en general se encuentra entre los 6 y 18 metros de altura. Los nidos son estructuras muy grandes, que construyen en los árboles más voluminosos y desde donde puede dominar todo el ambiente que la rodea. Son monógamas y se cree que se reproducen cada 2 o 3 años. La postura es de uno a dos huevos y se estima que la incubación dura aproximadamente 45 días. Los pichones al nacer son de color blancuzco y pesan entre 700 y 900 gramos, alcanzando a los 30 días de nacidos casi 2 Kg. Permanecen en el nido unos 60 días antes de realizar su primer vuelo (nidícola) y luego estarán en compañía de sus padres durante un año más mientras aprende a obtener por sus propios medios el alimento.
La postura tan reducida (generalmente es de un único huevo), los largos períodos de cuidados parentales y los cinco años que deben superar para alcanzar la madurez sexual, explican la baja tasa reproductiva de la especie.
En vuelo, podemos observar que esta especie tiene alas anchas y largas y una cola corta. Este tipo de silueta indica que se trata de un ave de áreas abiertas a diferencia de las águilas selváticas que presentan alas cortas y colas largas para maniobrar entre el follaje. Se encuentra particularmente en las zonas de pastizales arbolados o bosques del tipo xerófilos y Palmares de las Ecoregiones del Chaco Serrano, Chaco seco, Chaco Húmedo, Campos y malezales, Espinal, Monte de llanuras y Mesetas y Yungas. También podemos encontrarla en los países vecinos de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, convirtiéndola una especie exclusiva del sur de Sudamérica.
Solo en estos ambientes se encuentran las especies arbóreas utilizadas para su nidificación, tales como el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco), el algarrobo y el caldén (ambos del género Prosopis), aunque también se registró un nido sobre un Eucalipto (Eucaliptus sp.).
El águila coronada es una especie poco estudiada y aunque hace algunos años se han iniciado investigaciones en la Provincia de Mendoza y La Pampa aún desconocemos con exactitud su frágil estatus de conservación nacional. Entre las principales amenazas encontramos la pérdida de hábitat natural producto del avance de la frontera agrícola-ganadera, los incendios forestales y la tala no sustentable de los recursos madereros. También la caza furtiva, el envenenamiento, los choques con tendidos eléctricos y el tráfico ilegal son amenazas considerables. Considerando que construyen sus nidos en árboles que generalmente superan los 80 años de vida, entendemos que dependen de bosques naturales bien conservados y poco explotados por el hombre. Hoy en día los ambientes de Monte y Chaco han sido notablemente modificados acorralando a la flora y fauna en islotes cada vez más pequeños y aislados unos de otros, disminuyendo el intercambio y la diversidad genética. Estos factores sumados a la baja tasa reproductiva de la especie, amenazan la permanencia del águila en este planeta.
A nivel nacional es considerada una especie en estado vulnerable, lo cual significa que no está en Peligro Crítico pero enfrenta un alto riesgo de extinción en estado silvestre a mediano plazo (Libro Rojo de Mamíferos y Aves Amenazados de la Argentina, APN-FUCEMA). Debemos considerar que ésta es una especie muy poco estudiada y esta lista fue publicada hace 7 años por lo que su estado en la actualidad puede ser aún más delicado como lo señala la actualización 2004 de la Lista Roja de la UICN.
Según Birdlife International, como anteriormente se había mencionado, la población de águilas coronadas en el mundo consta únicamente de 250 a 1.000 individuos en estado silvestre, y señala que su población está en un descenso alarmante. Es por este motivo que el águila fue ascendida por The IUCN Red List of Threatened Species, 2004 de la categoría vulnerable a la categoría en peligro.
La C.I.T.E.S. (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre) ubica al águila en el apéndice CITES II. Lo que implica que la autoridad científica del Estado debe garantizar que el comercio no perjudicará la supervivencia de esa especie, y debe verificar que el espécimen no sea obtenido en contravención de la legislación vigente.
Según la legislación nacional esta especie está protegida por la Ley Nacional N° 22.421/81 y su Decreto Reglamentario Nº 666/97, prohibiendo su captura, transporte y comercio. El 22 de abril de 2004, a través de la Declaración Nº 341/04, fue declarada Monumento Natural del Departamento de Lavalle, Provincia de Mendoza. Actualmente se está desarrollando una "Estrategia Nacional Para la Conservación del Águila Coronada" con el objetivo de unificar esfuerzos entre las provincias y los especialistas, incentivar la investigación in-situ y ex-situ, hacer difusión y educación, y gestionar medidas para la conservación de la especie.
Como lo establece la ley nacional 22.351 de Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales, podrán declararse Monumento Natural, las áreas, cosas, especies vivas de animales o plantas, de interés estético, valor histórico o científico, y que deban ser protegidas y conservadas para investigaciones científicas, educación y goce de las presentes y futuras generaciones. Creemos que la figura de Monumento Natural es acorde para el ave que proponemos porque representa en gran medida al territorio Argentino por su amplia distribución en el país, por su simbología, y por tratarse de una especie en peligro de extinción en el mundo. La ignorancia y la poca valoración que recibe hoy el águila coronada hace prever un futuro no muy promisorio para la especie,
Entre los Monumentos Naturales de la Argentina no existe todavía ningún ave que represente la riqueza y la belleza de nuestra fauna. Es sin dudas un gran compromiso el saber elegir de entre las 1000 especies que habitan en nuestro territorio cual de todas ellas merece semejante nombramiento. El águila representa, por su imponente postura erguida, su mirada fija, y su actitud de un poderoso cazador, una imagen de entereza y fortaleza. Estas características ya habían llamado la atención del hombre desde tiempos remotos como en el caso de las antiguas culturas americanas en las que águila representaba la fuerza espiritual y se asociaban con los dioses o hacían las veces de mensajeras divinas por volar en el cielo y hallarse más cerca del sol. También muchos de los grandes imperios del mundo lucían águilas en sus estandartes para simbolizar su poderío y supremacía. Por otro lado fueron utilizadas por los heraldistas en los escudos de armas para representar las castas familiares.
La Biblia también usa la imagen del águila para representar la piedad y la protección de Dios y por su velocidad y habilidad para remontar más alto que otros pájaros simboliza a la plegaria. Como el depredador alado de más alto porte, simboliza poder, victoria y realeza. Su contrapartida entre los animales es el león.
Inclusive la actual bandera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires exhibe un águila con 4 aguiluchos por debajo de ella, portando una corona (un águila coronada) y sosteniendo con su garra derecha una cruz. Originalmente éste fue el escudo de armas presentado por Juan de Garay en 1580.
El águila coronada carga con una gran simbología, pero por sobre todas las cosas es una especie que requiere ser protegida por su delicado estado de conservación global y la representatividad de nuestro país.
La figura de Monumento Natural dará marco legal para la gestión de medidas de conservación en el todo el ámbito nacional asegurando para el presente y el futuro la permanencia de esta emblemática ave que habita en nuestro territorio.
Por los motivos expuestos, y por los que se darán en oportunidad de su tratamiento, se solicita la aprobación del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
IRRAZABAL, JUAN MANUEL MISIONES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia)
EDUCACION