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PROYECTO DE TP


Expediente 1162-D-2011
Sumario: EXPRESAR ADHESION AL "DIA DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA", CONMEMORADO EL 24 DE MARZO DE 2011.
Fecha: 23/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 15
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Adherir al Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que se conmemorará el próximo 24 de marzo de 2011, ocasión en que se recuerda el Golpe de Estado de 1976 y el genocidio en que derivó.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El 24 de Marzo de 2011 será un día especial. Será, a la vez, un día a la vez triste y a la vez gratificante para todos los argentinos y argentinas.
Es la fecha en que, sancionada por el Congreso Nacional, como el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, es el día en que hace 35 años comenzara la última interrupción del imperio de la Constitución y de la Democracia: el Golpe de Estado de 1976, que depuso el gobierno de la entonces Presidenta María Estela Martínez de Perón. Se trató del día en que comenzó a regir en nuestro país un gobierno de facto, motorizado por las Fuerzas Armadas y por sectores civiles que vieron la oportunidad de saldar los conflictos sociales, políticos y económicos de nuestro país de la manera más violenta y criminal.
Durante este período que va de 1976 a 1983 se sucedieron diversos procesos, pero el más sobresaliente será el genocidio cometido sobre nuestra población. Hablo de los desaparecidos y la apropiación ilegal de sus hijos, entregados a otras familias.
Sobre esta experiencia de exterminio hay mucho escrito. Quisiera solamente remarcar una cuestión. El genocidio es una práctica social, es un intento de reorganizar las relaciones sociales, de construir determinada sociedad con nuevas bases, donde quede imposibilitada la construcción de autonomía y de contestación al régimen de poder.
El genocidio, el poder genocida, es un poder de muerte que destruye las relaciones de reciprocidad y la constitución de movimientos políticos autónomos. El poder genocida es un poder que busca ciudadanos impotentes, anulados por el miedo, desahuciados, sin liderazgos que lo pongan en jaque. Por eso es que no se reduce sólo a las víctimas de los tormentos y de la tortura, ni se circunscribe sólo a los desaparecidos y asesinados. Tampoco se reduce a los hijos de los desaparecidos, apropiados por lo represores. Ni termina con los familiares reclamando justicia.
El genocidio busca transformar toda la sociedad. Y la forma en que se logra esa transformación es instaurando el miedo, la desconfianza en el otro, la falta de solidaridad, la primacía del individualismo y el descreimiento en la política como herramienta de transformación social.
Todos fueron sus víctimas. Entre sus víctimas directas pueden encontrarse luchadores sociales, dirigentes políticos, integrantes de algún gremio, trabajadores, estudiantes y amas de casa. Aquí, no puedo dejar de mencionar, como docente, como militante y como luchadora social, que los docentes también tenemos desaparecidos, y díganme sino que gran acto de memoria que el Ministro de Educación de la Nación, fuera en estos días a Tucumán a comenzar la Semana de la Memoria en las escuelas del país recordando a los docentes tucumanos desaparecidos. Sí, todos fuimos víctimas del gobierno militar.
Por eso es que quisiera resaltar que el genocidio tampoco termina una vez que los militares abandonaron el poder. Sino que la capacidad de recuperarnos de tan tremendo golpe está en el reclamo de los ciudadanos por justicia, en la implantación de una política de memoria y en la capacidad de las instituciones de juzgar a los responsables, civiles y militares de tamaña acción.
Por eso es que el 24 de marzo que se avecina será un día ambivalente. Será un día para recordar el genocidio pero un día en que podremos ver el gigantesco avance judicial por sobre las Juntas Militares, las Fuerzas Armadas y de Seguridad y todo el entramado orgánico que perpetró el genocidio. Un proceso que comenzó durante el gobierno del entonces Presidente Raúl Alfonsín, con el proceso de Juicio a las Juntas, y que hoy tiene un alcance imposible de vislumbrar hace unos años atrás.
Con un enorme aporte del Gobierno Nacional, desde la Presidencia de Néstor Kirchner y la administración actual de Cristina Fernández, pero con el protagonismo del Poder Judicial, están siendo juzgados o prontos a juzgar todos los responsables civiles y militares, e incluso sus cómplices, en centenares de causas que responden a distintos delitos y de variada gravedad, que nos enrostra la capacidad de las instituciones de brindar lo que, por imperio de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, nos estuvo vedado durante muchísimo tiempo.
Es bueno retomar lo que manifestara el Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Dr. Ricardo Lorenzetti, cuando afirma que los procesos judiciales son "decisión de toda la sociedad y no hay marcha atrás", ya que "no depende de la coyuntura sino que está dentro del contrato social y forma parte del consenso básico de la sociedad". Nos quedará claro que no hay vuelta atrás, gobierne quien gobierne.
Muy lejos de las características en que se apresaban a las personas durante la dictadura, los juicios a los represores y genocidas se llevan a cabo con todas las garantías constitucionales y con su legítimo derecho a defensa. Incluso hoy, el primer presidente de facto y figura clave durante los primeros años del último gobierno militar, ha sido condenado y está acusado en varias causas de gran resonancia, que ahora comienzan sus audiencias.
Todo este proceso es algo que todos los argentinos y argentinas debemos celebrar: en este país la Justicia existe. Es ella la que está reparando años de enorme dolor y pérdida de vidas humanas, de luchadores sociales, políticos, de trabajadores y estudiantes. De personas comunes y corrientes, pero también de militantes que creyeron siempre en otra Argentina, en otro mundo posibles.
Algún día, pronto, el proceso judicial será concluido. Este Día de la Memoria continuará vigente, pero a la sociedad toda nos va a tocar construir el país que todos deseamos. Una nación erigida sobre otros lazos, en la que creemos en nuestras propias fuerzas. Una Argentina en la que la solidaridad será el vínculo esencial. Y allí sí que nos daremos cuenta que nos convertimos en otra sociedad, donde no hay un atisbo de odio, donde hay lugar para todos.
Por todas estas razones es que solicito a mis pares el acompañamiento en el presente proyecto de resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
LEVERBERG, STELLA MARIS MISIONES FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS (Primera Competencia)