La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudia a los hechos de violencia perpetrados por simpatizantes de distintos clubes de fútbol, los días sábado 15 y domingo 16 de marzo de 2008, que enlutaron a todo el pueblo argentino.

Presenciar hoy en día un espectáculo de fútbol es tomar el riesgo de perder la vida o salir herido. Esto no puede seguir ocurriendo mas y debemos entre todos, terminar definitivamente con este flagelo que hace años nos toca padecer.

Instar e incentivar a tomar conciencia del inconmensurable valor que posee la vida humana ya que esto es imprescindible para poder, de una vez y para siempre, expulsar a os violentos que nos impiden disfrutar y vivir con alegría y en familia un espectáculo deportivo.

Señor presidente:

La violencia sigue, las soluciones se alejan. Algunas veces los profesionales del tablón se cruzan en peajes o cualquier otro lugar y dirimen sus enemistades a los balazos o los cuchillazos.

Otras veces los proyectiles no matan y las causas vegetan en los juzgados. El germen anda suelto en la sociedad. Eso lo sabe cualquiera que camine en una ciudad grande. Y los estadios son un buen refugio para desatarse. Si aumentan los ciudadanos que buscan hacer justicia por su propia mano ante cualquier delito, como nadie se da cuenta de que un partido es el mejor promotor para que las barras bravas descarguen su bronca, tratando de aplicar la ley a puñetazos.

Las razones pueden ser presuntamente justas o injustas.

Los árbitros son, con sus pros y contras, los enemigos visibles del poder invisible que sabotea. Los jugadores y los DT alimentan la ira con gestos y protestas. Viene de lejos esa sensación de que la imparcialidad no existe. Esto, cuando perjudica los colores amados. Si favorece, es merecida.

Y, en medio de todo esto, las explosiones masivas crónicas. Pueden ejercerla las barras, también la desatan montones de plateistas.

Estos hechos lamentables son el testimonio de la violencia ejercida en espectáculos deportivos, una situación que se repite semana a semana y que debe tener fin definitivamente.

Por lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.