La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su enfático repudio y condena al golpe de estado perpetrado el 24 de Marzo de 1976 contra el régimen constitucional argentino, del cual se cumplieron 32 años, y que implantó el terrorismo de estado mediante la usurpación del poder público, la vejación de las libertades, la desaparición forzada de personas, la comisión de crímenes de lesa humanidad.

Señor presidente:

A través de la presente declaración, manifestamos una vez más nuestro enfático repudio al golpe de estado instrumentado por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo de 1976, hecho que inauguraría la etapa más oscura de la historia de nuestro país que se prolongaría hasta el año 1983.

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas derrocaban a la presidenta María Estela Martínez de Perón, asumiendo ilegítimamente el poder público en cabeza de la junta militar integrada por los comandantes Videla, Massera y Agosti, autoproclamando presidente al primero de ellos.

Las Fuerzas Armadas asaltaban nuevamente el poder con el habitual y malicioso pretexto de restablecer la paz, el orden y regularizar las instituciones, pero esta vez fueron mucho más allá, instaurando un régimen perverso "para combatir la subversión" que sólo se sostendría mediante la instalación del terror en la sociedad, la aniquilación de todo "potencial adversario" y el apoyo de los grandes grupos de poder trasnacionales.

Lo cierto que es sólo mediante la coacción impuesta desde el Estado fue posible llevar adelante un proyecto económico que garantizara los intereses de los grandes grupos de poder que se veían amenazados en la Argentina de aquel momento.

Para implementar ese modelo de concentración de riquezas era necesario destruir las organizaciones político- sociales que lo rechazaban o a todo aquel que pudiera cuestionarlo, siendo imprescindible impedir que los jóvenes desarrollaran sus propios ideales.

La desaparición forzosa, los asesinatos, la apropiación de los niños, fueron métodos utilizados por los represores, todavía, en muchos casos impunes.

La pobreza extrema, la marginalidad y la concentración de la riqueza siguen siendo aun la herencia de las políticas aplicadas de aquellos años de terror y entrega.

En esta conmemoración de los 32 años de aquel golpe, reivindicamos la lucha en defensa de los derechos humanos, en la búsqueda de la verdad y la justicia, en la recuperación de la identidad ultrajada, en el castigo a los responsables y sobre todo, destacamos el papel de la memoria: No hay justicia sin memoria.

Todo ese daño y dolor ocasionado a la sociedad permanecerá en la memoria del pueblo argentino.

Pasado cercano, que hoy se reedita con acontecimientos como las dudosas muertes de Febres y Navone, acabando con la mínima esperanza de que sus testimonios pudieran aportar información sobre el paradero de aquellos bebés sustraídos. O con la desaparición de Jorge Julio López, con la clara intención de amedrentar a los testigos. Mientras tanto se denuncia la parálisis en la investigación sobre su paradero y la existencia de programas de contención brindados por el propio Estado a favor de los responsables de los crímenes.

Por lo expresado y en virtud de la relevancia del tema, solicitamos a nuestros pares la aprobación de la presente declaración.