La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más enérgico repudio a las palabras del ex dictador y delincuente convicto Jorge Rafael Videla, en las que llama a las Fuerzas Armadas a subvertir nuevamente el orden constitucional en la República Argentina.

Señor presidente:

A solo días de cumplirse 37 años del más sangriento y destructivo Golpe de Estado que sufriera nuestro país, quien fuera su principal protagonista hace oír su voz para retrotraernos a las horas más oscuras que debió vivir el pueblo argentino.

Hemos tomado conocimiento, como todos nuestros compatriotas, del llamamiento que el genocida que encabezó el Golpe hizo a los militares argentinos para que "se armen en defensa de la República". Justamente el asaltador del poder que suprimió todo tipo de derechos y garantías constitucionales hoy llama a "defender la República", y para "defenderla" no se le ocurre otro modo que violentar nuevamente la soberanía popular convocando a combatir con las armas a un gobierno legítimo.

Se trata del genocida que comandó el plan macabro y sistemático de secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, desapariciones y apropiaciones de recién nacidos. Éste siniestro personaje hoy se siente con derecho a juzgar a la democracia argentina y a su actual gobierno.

Debemos recordar una característica de las dictaduras: cuando ejercen su ilegítimo mando el único Poder que suprimen es al Poder Legislativo. Por ello la reacción de quienes integramos este Poder, que representa de manera directa al pueblo de la Nación Argentina, debe ser inmediata y contundente. Debemos expedirnos con celeridad y claridad. Ante hechos como este no hay lugar para detenernos a analizar otra cosa que no sea la defensa de la Constitución Nacional y de las Instituciones que son la única garantía de libertad, paz, justicia, y bienestar para nuestro pueblo.

El ex dictador no está amenazando con sus palabras a un gobierno. Está amenazando a un modo de vida de todo un pueblo. La Unión Cívica Radical, y todos quienes tuvieron la tarea de comenzar a dar forma a esta democracia, sabemos que no fue fácil conseguirlo. Debimos denunciar y comenzar a juzgar a los genocidas en soledad, resistiendo las presiones de sectores que pedían "olvidar y mirar para adelante". Que querían convalidar una autoamnistía que -a la luz del tema que estamos tratando- era faláz e hipócrita. Miles debieron morir de manera que resulta difícil de explicar y hasta de recordar sin que broten las lágrimas. Millones debieron salir a la calle más de una vez para reafirmar que la violencia y la ilegitimidad no iban más.

Y todo ello dio sus frutos. Hoy, los que pedían olvidar tomaron conciencia, y tenemos un arco político que de manera ampliamente mayoritaria comprende que las heridas de los países no se curan con olvido, sino con Justicia. Las heridas de antes, las de hoy, y las del futuro.

Este año cumpliremos 30 años de Democracia. Hace tres décadas se fundaba esta Democracia argentina sobre los escombros de un país arruinado económicamente, pero sobre valores éticos y morales que permitieron juzgar los crímenes de lesa humanidad como nunca antes. Y seguimos construyéndola dia a dia. Y en estos días nos toca otra vez aislar a la mala hierba que cada tanto aparece en el jardín de nuestros valores y nuestra convivencia democrática.

Por ello Señor Presidente pido a esta Cámara brinde su aprobación a la presente iniciativa: porque esta voz tenebrosa del pasado debe ser acallada por el grito libertario de los representantes del pueblo argentino.