La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar preocupación e indignación por la indiferencia de las autoridades e instituciones de seguridad ante los reiterados pedidos de ayuda de la Srta. María de los Ángeles Romero de veintiún años (21), quien fue asesinada violentamente por su pareja el día 5 de marzo de este año, en la ciudad de Monte Caseros, Provincia de Corrientes, engrosando de esta manera la dolorosa estadística de los femicidios y crímenes de género ocurridos en nuestro país.

Señor presidente:

Una de las definiciones del femicidio o del feminicidio acuñado en los años 80 lo caracteriza como "asesinato evitable por razones de género". Este neologismo que marca un avance intelectual importante en materia de derechos humanos es un marcador que muestra a las claras que en el mundo, las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen una mayor probabilidad de ser mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra combinados.

Entre las prácticas y los procedimientos del femicidio se encuentran el asesinato en contexto doméstico y el calcinamiento de la mujer. Lamentablemente nuestro país ha contribuido de manera escandalosa a esta estadística, con diferentes casos, algunos muy resonantes, y otros con el anonimato y la invisibilidad que la cultura del patriarcado destina a este modo de tratar culturalmente le existencia de las mujeres en la vida cotidiana.

El 5 de marzo una nueva muerte ha ocurrido, esta vez en la Provincia a la represento como Diputada de la Nación, Corrientes. María de los Ángeles Romero, una joven de 21 años que había decidido separarse de su pareja, fue brutalmente asesinada y calcinada por negarse a la reconciliación, en su propia casa. El hecho ocurrido en territorio doméstico, en su propia casa, nos pone sobre alerta del tipo de caso, como así también el motivo y el ensañamiento contra el cuerpo de la joven. Esto agravado con la confirmación reciente que María de Los Ángeles acudió en numerosas oportunidades a la comisaría más cercana a exponer las situaciones de violencia y amenazas contra ella que venía soportando por parte del asesino.

Una vez más los mecanismos de protección a las mujeres no fueron puestos en práctica, y una vez más una denuncia de una víctima del femicidio fue desestimada y desatendida.

Entendiendo que nuestro país (y en particular la Provincia de Corrientes) merece ser objeto de una profunda política pública en materia de género que optime el modelo de recuperación de derechos y la profundización de los mismos, es que coloco este tema en la agenda de mis pares para considerar la extrema preocupación que nos debe embargar en tanto representantes del pueblo, para la defensa irrestricta de las mujeres y el endurecimiento del tratamiento cultural del femicidio como de la penalización del mismo.

Por estas razones, solicito a mis pares que acompañen este proyecto con su firma.