La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su repudio y profunda preocupación por la muerte del ciudadano Leonardo Ariel Andrada de 53 años, ocurrida el viernes 8 de febrero a las 6 de la mañana en José María Paz y Malabia, partido de Ituzaingó, quien fuera ultimado de cuatro balazos mientras esperaba el colectivo para dirigirse a su trabajo. Andrada era maquinista del Sarmiento y había declarado como testigo en la causa por la masacre de Once ocurrida el 22 de febrero de 2012, la que arrojara un saldo de 51 víctimas fatales y cientos de heridos. Por la gravedad del hecho es que exigimos asimismo llegar a fondo en la investigación de este crimen a fin de hallar y castigar a los responsables tanto materiales como intelectuales del mismo.

Señor presidente:

La investigación del asesinato de Leonardo Andrada no ha dado hasta el momento una explicación clara de lo que ha ocurrido. Se sigue en la búsqueda de testigos, las cámaras de seguridad de la zona ya sean públicas o privadas, no arrojan datos, según trascendidos periodísticos. Un vecino del lugar fue quien encontrara su cuerpo con cuatro impactos de bala en la espalda, recostado sobre una columna de un refugio de colectivos. Al recibir un llamado anónimo en el 911, efectivos de la comisaría 1ª. que patrullaban la zona se dirigieron al lugar. La primera explicación dada por el personal policial, fue que el hecho se debió a un intento de robo por un grupo de personas, que se resistió y lo mataron. Solo faltaba su teléfono celular, tenía dinero en el bolsillo de su pantalón, $ 1.200, y junto a su cuerpo una navaja que según su hermano siempre llevaba a fin de poder defenderse ante un intento de robo.

El caso lo investiga la Fiscalía Descentralizada 1 de Ituzaingó, a cargo de la Dra. Gabriela Millán quien lo caratulo como homicidio.

Andrada fue el maquinista que tuvo bajo su responsabilidad la misma formación de la tragedia de Once, fue el que antecedió a Marcos Córdoba. En su declaración ante el juez Bonadío explicó cómo frenaba el tren, manifestando que "viajaba el triple de la capacidad que la formación puede llevar" agregando que hubo retrasos en el servicio y que eso hacía que funcionara con mayor lentitud, por lo que había que frenarlo "con mayor antelación" lo cual, aclaró, solía ocurrir seguido, agregando que por la sobre carga "había surgido un demora de 20 minutos en la estación Moreno", y que por eso había entregado tarde la formación. Según declaraciones tanto de miembros de la justicia como de los abogados, lo declarado por Andrada ya "está en la causa, ya se incorporó" y puede leerse en el juicio.

Andrada declaró en dos oportunidades, su testimonio ocupó seis páginas y parte de las declaraciones tomadas por el juez fue para fundar las responsabilidades de los propietarios de TBA y los funcionarios que no controlaron en qué se invirtieron los subsidios otorgados por el estado a fin de solventar el mantenimiento de los trenes.

Tanto representantes gremiales como familiares de víctimas de la tragedia de Once, no descartan que este crimen no tuviera alguna vinculación con los hechos que investiga la justicia, reclamando un rápido esclarecimiento del mismo "para despejar las dudas que dejó" ya que no se puede "descartar ninguna posibilidad".

Otro hecho confuso fue el ocurrido en la casa de Andrada donde dos individuos habrían ingresado en dicho domicilio mientras sus restos eran velados en una funeraria, según manifestaran dos sobrinas de la víctima que habrían visto a los intrusos.

El delegado Edgardo Reynoso manifestó que Andrada estaba a dos años de jubilarse, que "era un excelente compañero, de muchos años en la tarea" y que provenía de una familia de ferroviarios, su hermano Jorge también es maquinista. "El trabajaba con nosotros, era un hombre excelente en el trato que no merecía este final, esperemos que no quede impune el asesinato".

A su vez el Secretario de Seguridad Interior, Sergio Berni, admitió en declaraciones publicadas el 23 de febrero del corriente año por el matutino La Nación, que "es sospechoso el crimen del maquinista Leonardo Andrada", agregando que habría que seguir "profundizando la investigación hasta poder dar una versión clara" respecto al homicidio y de la posterior intrusión de la vivienda mientras se velaba a la víctima.

Por su parte la madre de Andrada, manifestó en declaraciones periodísticas que no sabía si había recibido su hijo amenazas, "si las tuvo no nos lo hubiera dicho para no preocuparnos, eso se lo llevó con él. Lo único que quiero es justicia. No sabemos nada y no sé si alguna vez lo sabremos. Ruego que no pase con mi hijo lo mismo que ocurrió con Julio López o Marita Verón. Ahora somos uno más".

Es conmovedor lo que expresa en su sufrimiento esta madre. Uno más, en la larga lista de muertes o desapariciones impunes. Por ello es imprescindible exigir el esclarecimiento de este homicidio, que de por sí está envuelto en un manto de sospecha que la justicia está obligada a despejar y que, nosotros, como ciudadanas y ciudadanos, estamos obligados a comprometernos en esa exigencia.

Es por todo lo expuesto que solicitamos a las/los señoras/señores diputadas/diputados que acompañen el presente proyecto.