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PROYECTO DE TP


Expediente 0083-D-2011
Sumario: "DIA DE LA BIBLIODIVERSIDAD": INSTITUIR COMO TAL EL 21 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 02/03/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 2
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Artículo 1º.- Institúyese el 21 de septiembre como "Día de la Bibliodiversidad".
Art. 2º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo, etc.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


I. ¿Cuáles son las obligaciones contraídas por la República Argentina, con jerarquía constitucional, en materia de derechos humanos?
A. En el ámbito de las Naciones Unidas
El primer instrumento aprobado por las Naciones Unidas en que se enumeran los derechos culturales es la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. El Artículo 27 dispone que:
1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
En el Artículo 22 de la Declaración se añade que toda persona tiene derecho a la realización, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, de los derechos culturales, indispensable para su dignidad y el libre desarrollo de su personalidad.
El paso siguiente en el desarrollo del concepto de derechos culturales se dio en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que en su Artículo 15 dispone lo siguiente:
1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a:
a) participar en la vida cultural;
b) gozar de los beneficios del progreso científico y de sus aplicaciones;
c) beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
2. Entre las medidas que los Estados Partes en el presente Pacto deberán adoptar para asegurar el pleno ejercicio de este derecho, figurarán las necesarias para la conservación, el desarrollo y la difusión de la ciencia y de la cultura.
3. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la indispensable libertad para la investigación científica y para la actividad creadora.
4. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen los beneficios que derivan del fomento y desarrollo de la cooperación y de las relaciones internacionales en cuestiones científicas y culturales.
Para obtener una lista completa de los derechos culturales formulados en la Carta Internacional de Derechos, ha de agregarse el Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que otorga a las personas pertenecientes a minorías étnicas, religiosas o lingüísticas el derecho a disfrutar de su propia cultura y a profesar y practicar su propia religión y a utilizar su propio idioma.
Como afirmó el Comité de Derechos Humanos en su Comentario general Nº 23, relativo al Artículo 27, este artículo establece y reconoce un derecho que se confiere a las personas pertenecientes a grupos de minorías y que constituye un derecho separado, que se suma a los demás derechos de que puedan disfrutar esas personas en virtud del Pacto.
El alcance de los derechos culturales depende de la definición y comprensión del término "cultura". Según la propuesta de la UNESCO "... la cultura ha dejado de ser únicamente una acumulación de obras y de conocimientos que produce (...) una minoría selecta, (...) no se limita al acceso a las obras de arte y a las humanidades sino que es a la vez adquisición de conocimientos, exigencia de un modo de vida, necesidad de comunicación". El Consejo de Europa sugiere que "la cultura, según la experiencia de la mayoría de la población de hoy, significa mucho más que las artes tradicionales y las humanidades. Hoy en día, la cultura abarca el sistema educativo, los medios de difusión, las industrias culturales (...)".
Por consiguiente, puede aceptarse la propuesta de ampliar la lista de los derechos culturales que figuran en el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Artículo 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Artículo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Debería incluir también el derecho de todas las personas a la educación (Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) y el derecho a la información formulado en el Artículo 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el contexto del derecho a la libertad de opinión y expresión: "Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole (...) por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección".
Entre los instrumentos de derechos humanos de las Naciones Unidas que, además de la Carta Internacional de Derechos, confirman las disposiciones relativas a los derechos culturales, dos merecen atención especial. En su Artículo 13, párrafo c), la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1979) formula la obligación de los Estados de garantizar a la mujer, condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, "el derecho a participar en actividades de esparcimiento, deportes y en todos los aspectos de la vida cultural". El mismo derecho es mutatis mutandis garantizado al niño en el Artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
B. En el ámbito interamericano
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948) es el primer instrumento regional que presenta un catálogo de derechos culturales. En su Artículo XIII se dispone que:
Toda persona tiene el derecho de participar en la vida cultural de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los descubrimientos científicos.
Tiene asimismo derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de los inventos, obras literarias, científicas y artísticas de que sea autor."
En el Artículo 14 del Protocolo Adicional de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos en la Esfera de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales -"Protocolo de San Salvador"- se agrega a esta lista formulada en el Artículo 15, párrafo 3, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales la obligación de los Estados de "respetar la libertad indispensable para la investigación científica y la actividad creadora".
II. ¿Qué nuevo compromiso internacional ha asumido nuestra República respecto a la diversidad cultural?
El 14 de noviembre de 2007, el Congreso Nacional sancionó la Ley 26.305 que ratifica la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, adoptada en París - República Francesa, el 20 de octubre de 2005. La misma había sido adoptada por nuestra República junto con 147 países en el marco de la Conferencia General de la UNESCO, tras arduas negociaciones que llevaron más de tres años. (La Convención entró en vigor el 18 de marzo de 2007, de acuerdo a su artículo 29).
Durante su tratamiento en el recinto del Senado Nacional, la senadora Perceval dijo lo siguiente
"Esta Convención se convierte en el instrumento jurídico internacional que complementa el dispositivo normativo de las convenciones a favor de los derechos culturales y refuerza la idea de la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, adoptada por unanimidad en 2001. En esta declaración, se define la diversidad cultural como patrimonio común de la humanidad y su defensa, como un imperativo ético inseparable de la Convención, en cumplimiento de los derechos humanos y del respeto de la dignidad de la persona humana.
...
"Indudablemente, esta Convención es extensa. ...Su estructura jurídica está formada por ocho partes, compuestas por un total de 35 artículos, más un anexo con los procedimientos de conciliación que, sin duda, no son obligatorios. Además, esta Convención no contiene sanciones.
"De todas maneras, sólo quiero comentar la Parte III del artículo 4. Durante el último año e, inclusive, a partir de la puesta en vigor de esta Convención, se generó una gran discusión. Dicho artículo tiene que ver con la definición de actividades, bienes y servicios culturales. Países que dominan el mercado de las industrias culturales -como Estados Unidos, que no la firmó- no acompañan la idea de definir a la cultura como un derecho humano y, a la vez, a las actividades, bienes y servicios culturales no sólo como mercancías.
"La Argentina, junto al Brasil y los demás países del MERCOSUR, plantearon, justamente, el valor de esta definición abarcativa que es la que orienta el diseño y promoción de políticas públicas de preservación y protección de la diversidad cultural."
Es así que en sus considerandos, dicha Convención hace referencia a los instrumentos internacionales reseñados en el primer acápite:
"Encomiando la importancia de la diversidad cultural para la plena realización de los derechos humanos y libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos universalmente reconocidos,"
Entre los principios rectores de la Convención (artículo 2) se encuentran los "Principios de respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales" (inciso 1), que dice:
"Sólo se podrá proteger y promover la diversidad cultural si se garantizan los derechos humanos y las libertades fundamentales como la libertad de expresión, información y comunicación, así como la posibilidad de que las personas escojan sus expresiones culturales...".
Otro principio, el de "acceso equitativo" (inciso 7 del mismo artículo), subraya:
"El acceso equitativo a una gama rica y diversificada de expresiones culturales procedentes de todas las partes del mundo y el acceso de las culturas a los medios de expresión y difusión son elementos importantes para valorizar la diversidad cultural y propiciar el entendimiento mutuo."
Por demás, el artículo 4, inciso 1 define la diversidad cultural de la siguiente manera:
"La "diversidad cultural" se refiere a la multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades. Estas expresiones se transmiten dentro y entre los grupos y las sociedades.
"La diversidad cultural se manifiesta no sólo en las diversas formas en que se expresa, enriquece y transmite el patrimonio cultural de la humanidad mediante la variedad de expresiones culturales, sino también a través de distintos modos de creación artística, producción, difusión, distribución y disfrute de las expresiones culturales, cualesquiera que sean los medios y tecnologías utilizados."
Por otro lado, en lo referente a la "Norma general relativa a los derechos y obligaciones", (artículo 5, inciso 1) se señala:
"Las Partes, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, los principios del derecho internacional y los instrumentos de derechos humanos universalmente reconocidos, reafirman su derecho soberano a formular y aplicar sus políticas culturales y a adoptar medidas para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales, así como a reforzar la cooperación internacional para lograr los objetivos de la presente Convención."
Asimismo, conforme el artículo 6, las Partes "podrán adoptar medidas para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales en sus respectivos territorios" (inciso 1), que pueden consistir en "medidas encaminadas a proporcionar a las industrias culturales independientes nacionales y las actividades del sector no estructurado un acceso efectivo a los medios de producción, difusión y distribución de bienes y servicios culturales" (inciso 2, párrafo c), así como "medidas encaminadas a alentar a organizaciones sin fines de lucro, así como a entidades públicas y privadas, artistas y otros profesionales de la cultura, a impulsar y promover el libre intercambio y circulación de ideas, expresiones culturales y actividades, bienes y servicios culturales, y a estimular en sus actividades el espíritu creativo y el espíritu de empresa" (inciso 2, párrafo e).
Entre las medidas para promover las expresiones culturales (artículo 7):
"1. Las Partes procurarán crear en su territorio un entorno que incite a las personas y a los grupos a:
"a) crear, producir, difundir y distribuir sus propias expresiones culturales, y tener acceso a ellas, prestando la debida atención a las circunstancias y necesidades especiales de las mujeres y de distintos grupos sociales, comprendidas las personas pertenecientes a minorías y los pueblos autóctonos;
"b) tener acceso a las diversas expresiones culturales procedentes de su territorio y de los demás países del mundo."
Por último, se resalta que las Partes deberán "propiciar y promover el entendimiento de la importancia que revisten la protección y fomento de la diversidad de las expresiones culturales mediante, entre otros medios, programas de educación y mayor sensibilización del público" (artículo 10, inciso a).
III. ¿Por qué un "Día de la Bibliodiversidad"?
A. ¿Qué entendemos por "bibliodiversidad"?
La bibliodiversidad es la diversidad cultural aplicada al mundo del libro. El neologismo se inspira en el concepto de biodiversidad, que se refiere a la diversidad biológica dentro de la naturaleza. La bibliodiversidad, en tanto, remite a la necesaria diversidad de voces circulantes a través de las producciones editoriales que se ponen a disposición de los lectores.
Historia de la noción y de su difusión
El origen del término "bibliodiversidad" no se conoce con certeza; lo que es incuestionable es que esta noción se utilizó por primera vez en lengua castellana hacia fines de los años 90.
En 1999, los responsables de la Biblioteca Intercultural para el Futuro - programa de la Fondation Charles Léopold Mayer dirigida por Michel Sauquet y Étienne Galliand - organizan conjuntamente un encuentro en Gijón, España, y es allí donde por primera vez entran en contacto con el término en español.
En mayo de 2002, al crearse la Alianza Internacional de Editores Independientes, sus fundadores optan por utilizar este término. Desde entonces, la Alianza Internacional de Editores Independientes contribuye sostenidamente a la difusión y la promoción de este término en varios idiomas, sobre todo durante sus encuentros internacionales (fuentes de consulta: declaraciones de Dakar en 2003, Guadalajara en 2005 y París en 2007) y en todas las acciones de su política de comunicación. La asociación de editores permitió que esta expresión adoptara una dimensión internacional y se difundiera rápidamente en la esfera francófona. Sin embargo, el término "bibliodiversity" sólo se utiliza en forma muy marginal en el mundo anglófono.
Definición
Haciendo eco a la biodiversidad, la noción de bibliodiversidad hace referencia a la necesaria diversidad de las producciones editoriales puestas a disposición de los lectores en un determinado entorno. Françoise Benhamou, economista francesa especialista en Industrias Culturales, durante su intervención en el Congreso Internacional de la Edición Independiente, señaló: "En biodiversidad, la variedad evoca simplemente el número de especies; en el ámbito del libro, se refiere al número de títulos. Sin embargo, vemos claramente que esto resulta insuficiente. (...) El segundo elemento que destaca la noción de biodiversidad es el equilibrio: el equilibrio entre las especies. Cuando observamos lo que esto significa en biodiversidad, surge la idea extremadamente sencilla de que, si tiene varias especies, pero hay algunas con muchas unidades y otras con pocas, las primeras corren el riesgo de comer y superar a las otras. Sucede lo mismo en el ámbito del libro, donde es pertinente sentirnos preocupados por la influencia de una edición fácil y rápida, que ocupa las góndolas de los supermercados y, sobre todo, las mesas de las librerías, y que anula otras propuestas que son más difíciles de promover".
En la actualidad, la bibliodiversidad está amenazada por el exceso de producción y la concentración del sector editorial, que favorece la dominación de ciertos grandes grupos editoriales dedicados a la búsqueda permanente de alta rentabilidad. Cuando en el mundo del libro aumenta la exigencia de rentabilidad, se refuerza la tentación de modificar las líneas editoriales. Con el fin de obtener márgenes aceptables frente a los accionistas a veces muy alejados del mundo editorial (física y culturalmente), la producción se reorganiza para reforzar su potencial comercial. En ciertos casos, el desequilibrio es tal que la lógica comercial se impone en forma masiva sobre la aventura editorial. Entonces, el editor privilegia una economía basada en la demanda, en detrimento de su función de agitador de ideas (oferta de textos a veces difíciles, originales, formatos especiales). Como concepto opuesto a la bibliodiversidad, se encuentra lo que podríamos denominar la "bestselerización" del medio editorial.
Debido al incremento en la concentración del mundo editorial, de su correspondiente financiarización y su posible bestselerización (muchos ejemplares de pocos títulos), los editores independientes desempeñan hoy más que nunca una función a veces dejada de lado por los editores "integrados". De esta forma, se han convertido en los actores protagónicos de la bibliodiversidad, puesto que se trata de verdaderos descubridores de talentos, que asumen riesgos culturales y económicos, que permiten la existencia y la difusión de los autores y los textos del mañana. Esta función socialmente importante está claramente identificada por los grandes grupos editoriales que, muy a menudo, utilizan a los editores independientes como almácigo para luego recuperar a los autores que comienzan a obtener el reconocimiento del público, tentándolos con anticipos imposibles de considerar para los editores más pequeños.
Reconociendo el derecho fundamental a defender y promover sus sectores culturales -contra la desregulación generalizada- a finales del año 2005, los Estados firmaron, bajo los auspicios de la UNESCO, una "Convención para la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales". La Convención es una herramienta para proteger concretamente la bibliodiversidad, es decir, la diversidad cultural del mundo del libro.
Desafíos actuales
Mientras que las políticas de protección a las culturas "locales" parecen asentarse y los Estados promueven contextos favorables para el desarrollo de sus industrias culturales, se vuelve cada vez más urgente llegar a una forma de medir la bibliodiversidad, a través de un índice o un conjunto de indicadores de datos cuantitativos y cualitativos.
Asimismo, la revolución digital en curso en el mundo del libro -desde la creación hasta la comercialización de los textos- podría tener notables consecuencias sobre la bibliodiversidad. La desmaterialización del libro, la posibilidad de entrar en contacto con un conjunto mucho más vasto de interlocutores / lectores / consumidores (vía el e-marketing, por ejemplo) podría indicar que los editores independientes y los editores de los países emergentes podrán potencialmente incrementar su visibilidad. Sin embargo la desaparición de los canales tradicionales, de las librerías independientes y la aparición de nuevos actores tecnológicos podrían significar un riesgo en el sentido contrario. La captación del mercado naciente (que todavía no ha demostrado resultados económicos) por parte de los nuevos actores -plataforma de venta en línea, diseñadores y constructores de equipos informáticos (e-readers), etc., deja suponer que existirá una recomposición de la cadena editorial sin que ello favorezca necesariamente la ampliación de la bibliodiversidad.
Utilización y promoción del término
Varias organizaciones internacionales como la UNESCO o Unión Latina, diversos actores del mundo cultural y editorial como la Asociación Internacional de las librerías francófonas, la Alianza Internacional de Editores Independientes y numerosos colectivos nacionales de editores (AEMI en México, Editores de Chile en Chile, EDINAR en la Argentina, REIC en Colombia, ALPE en Perú, FIDARE en Italia, LIBRE en Brasil, etc.) promueven y protegen la bibliodiversidad a través de coloquios, encuentros y declaraciones.
Una importante obra de referencia sobre la bibliodiversidad se publicó en 2006.
En 2006, debido a la redacción de una carta a los candidatos a la elección presidencial francesa, el periódico Le Monde retomó algunas de las medidas concretas en favor de la bibliodiversidad.
Una revista internacional titulada "Bibliodiversidad(es)", copublicada por la Alianza Internacional de los Editores Independientes y por Double Ponctuation (www.double-communication.com), se publica a partir del 2010.
La redH (Red Hispanohablante de la AIEI) celebra el Día B (Día de la Bibliodiversidad) en distintos países, desde el 21 de septiembre de 2010.
B. ¿Hacia la celebración de un "Día B" a nivel internacional?
1. ¿De qué se trata?
A partir del 21 de septiembre de 2010, comenzó una celebración anual del Día de la Bibliodiversidad, que llamaremos en adelante El Día B, en distintos países.
Este día fue elegido por motivos simbólicos: es el día de la primavera en el Hemisferio Sur. La primavera evoca épocas templadas, variedad, contraste de colores, vigor, florecimiento, reverdecimiento, transición, amor, perfume, el anuncio de lo nuevo.
Si bien se trata de un día universal, se privilegia la posición del Sur, ya que una de las preocupaciones de la bibliodiversidad es enfrentar el sentido actual de la circulación del libro y las ideas -de Norte a Sur- e impulsar otros recorridos: de Sur a Norte, y en el Sur de manera transversal.
Llamar la atención sobre la circulación de los libros como objetos, como portadores de ideas, como bienes culturales, es la idea rectora de la acción propuesta.
En Argentina, el Día de la Primavera se celebra el 21 de septiembre (con uno o dos días de anticipación a la fecha astronómica) al igual que en Chile y Bolivia. En esta misma fecha, los jóvenes argentinos festejan además el Día del Estudiante. En Perú, el 23 de septiembre se celebra el Día de la Primavera y la Juventud, en Paraguay también se celebran el Día de la Primavera y el Día de la Juventud pero el 21 de septiembre, y en México se celebra la llegada de la primavera el 21 de marzo junto al natalicio de Benito Juárez.
2. ¿Qué repercusión mediática tuvo dicha celebración? (1)
Silvina Friera. "Los libros no muerden, pero se sueltan". Página/12, 21-09-2010:
El pensamiento toma su forma en las palabras como el agua en la vasija. Pero el destino de la palabra es la constante profanación. Tal vez la primavera inocule, además de un batallón de alergias, cierta desconfianza por el sentido expreso de conceptos apropiados y reciclados. Quizás el clima sea el mejor abono para la contingencia o para un "microacto político". Por azar -muchas veces, casi siempre- se descubren libros que están destinados para uno. Pues bien, hoy la Alianza de Editores Independientes de la Argentina por la Bibliodiversidad inaugura una celebración atípica, un picnic de lectura y suelta de libros, que tendrá como punto principal de reunión la plaza San Martín. Entre las 16 y las 18, escritores, editores y lectores invitarán a
traficar libros gratuitamente. Alguien soltará un libro querido en cualquier espacio público -si no puede arrimarse hasta Retiro- para encontrarse con otro libro querido, pero soltado por otro. Este trueque sucesivo en tiempo y espacio expande la multiplicidad de las lecturas y la viralidad de la misma acción de desprendimiento. La movida, que se celebrará simultáneamente en diez países de América latina, se llama el DíaB, por el Día de la Bibliodiversidad, palabra embrollada que, traducida al "lenguaje de a pie", sería la diversidad cultural aplicada al mundo del libro. Esto es, la defensa de un variado repertorio de voces y el acceso universal a la información y al conocimiento.
Constanza Brunet, de la editorial Marea, desmenuza ante Página/12 por qué se decidió "soltar" libros y festejar por primera vez el DíaB justo en el arranque de la primavera en el Hemisferio Sur. "Esta estación evoca la variedad, el contraste de colores, el reverdecimiento, la transición, el anuncio de lo nuevo. Si bien la idea es que este día sea internacional, el Sur connota la posición de periferia del sentido de circulación de las ideas en un mundo globalizado", subraya la editora. "Invitamos a soltar los libros en cualquier lugar público: el banco de una plaza, en un medio de transporte público, en un local de comidas rápidas, en un mostrador de un negocio,
donde sea. La idea es hacer una pequeña intervención urbana, generar una escena disruptiva en medio de la cotidianidad de una ciudad; que encontrarte el libro, además de ser un regalo inesperado y la posibilidad de leerlo, se convierta en un disparador para imitar el acto de la suelta y reflexionar sobre el libro como un objeto portador de cultura y no una simple mercancía."
Además de soltar libros de Marea, Brunet confiesa que también se animará a desprenderse de libros de su biblioteca personal, "leídos y marcados por mí", aclara con la devoción del lector que deja la "huella dactilar" en las páginas. "Prefiero soltar los libros que leí recientemente, que me gustaron y que puedo volver a comprar. Lo admito: no me resigno a perderlos para siempre." La editora de Marea anticipa para los sabuesos que circulen por las calles de Buenos Aires que dejará en algún lugar -cuyas señas no se puede ni debe precisar para no aguar la sorpresa del encuentro-, libros de editoriales independientes: Recorre los campos azules (Eterna Cadencia), de Claire Keegan; En otro orden de cosas (Interzona), de Fogwill, y Varadero y Habana maravillosa (Tamarisco), de Hernán Vanoli.
La propuesta de convertir el 21 de septiembre en el Día Internacional de la Bibliodiversidad es una iniciativa de la Alianza Internacional de Editores Independientes que será elevada a la Unesco. "El establecimiento de un día especial es un proceso complejo que encarará la Alianza. Muchas de las acciones que estamos haciendo en los distintos países de habla hispana formarán parte de la presentación del proyecto", explica Brunet. En este primer festejo la red hispanohablante de la Alianza Internacional de Editores Independientes - asociación sin fines de lucro que se ocupa de una red compuesta por 80 editoriales y colectivos de editores de 45 países- será la pionera en realizar actividades promocionales en varios países: Perú, Chile, Colombia, México y Bolivia. En otros países, en los que no existen colectivos de editores independientes pero sí editoriales miembros de la Alianza -Uruguay, Ecuador, Guatemala y España-, también habrá sueltas de libros en apoyo al Día de la Bibliodiversidad.
En el "manifiesto" que puede encontrarse en Internet, los editores independientes cuestionan las formas de circulación tradicional de los libros como mercancías. "No nos oponemos al mercado, pero no funcionamos en términos de adaptación sin que nuestros proyectos pierdan vitalidad", plantean. ¿Cómo consiguen ganar vitalidad o mayor visibilidad dentro del mercado del libro en el que participan? "En términos de mercado, proponemos editar libros concentrándonos en la oferta y no en la demanda", responde Brunet. "Las grandes editoriales editan respondiendo a la demanda, muchas veces identificada con estudios de mercado o con olfato editor. Así, publicar simplemente es ofrecer productos de rápida venta que respondan a una moda existente. A la inversa, el editor independiente aspira a participar en lo más rico que tiene una cultura, que es lo emergente; de ahí que su catálogo sea también una creación. La existencia de la edición independiente es la garantía de bibliodiversidad, de búsqueda, de experimentación, de oposición a la cultura dominante como única opción cultural. Prueba de ello es la práctica habitual en las grandes editoriales de 'robar' autores a las editoriales independientes una vez que éstos han alcanzado notoriedad, es decir una vez que empiezan a incorporarse a la cultura dominante. En ese sentido, funcionamos como una suerte de 'laboratorio de experimentación' para el mundo de la edición. Esa es nuestra debilidad y nuestra fortaleza", admite.
La suelta de libros como símbolo es la punta de un recordatorio. "Aunque habitualmente encontremos los libros en una librería a determinado precio, no se trata de mercancías como cualquier otra; es un objeto portador de cultura donde circulan las ideas, la literatura, el conocimiento. Y ésa es la esencia de la bibliodiversidad", sintetiza Brunet. "Si el libro fuera sólo una mercancía, como editores sólo deberíamos optimizar la ganancia y apostar por aquellos autores y libros ya consagrados o temas comerciales que nos garanticen una venta alta. En un mundo así, el panorama cultural se vería empobrecido casi hasta la miseria. Por eso apoyamos la circulación alternativa del libro. La suelta de libros es una actividad cultural pero también lúdica, que ya viene haciéndose en muchos países, que puede hacer cada uno en su lugar, que implica participación colectiva. Un microacto político", define la editora.
"El concepto de bibliodiversidad va mucho más allá de la suelta a la que tomamos como una herramienta más de concientización", advierte Brunet. "La instalación de un día de la bibliodiversidad apunta a darle visibilidad a este concepto, dar visibilidad al trabajo de las editoriales independientes, que habitualmente está en un segundo o tercer plano. Transmitir fundamentalmente a los lectores, pero también a los autores, los periodistas, los libreros, los funcionarios vinculados con políticas culturales, los bibliotecarios, la importancia de entender el funcionamiento del mercado editorial y actuar contra la concentración y la mercantilización del libro."
Laura Casanovas. "Un picnic de primavera para celebrar la cultura". La Nación, 22-09-2010:
Jarras con jugos, platos con galletitas, bolsas con caramelos y, en el centro, canastas con libros. Fue un auténtico picnic en medio de la plaza San Martín, que ayer por la tarde tuvo como protagonistas privilegiados la llegada de la primavera y la lectura.
Se trató de una propuesta de la Alianza de Editores Independientes de la Argentina (Edinar), que convocó al público con el objetivo de proponer el 21 de septiembre como el Día de la
Bibliodiversidad, lo cual ayer se materializó en el conjunto de títulos que eligieron las 30 editoriales que integran la alianza y en aquellos que acercaron quienes se sumaron al picnic.
"Propusimos la suelta de libros como una acción concreta. Dejar el libro en algún lugar público para que otro lo encuentre, lo lea, y circulen las ideas", contó a La Nacion Daniela Allerbon, vicepresidenta de Edinar.
Ana Clara Schulman se había enterado ayer por la mañana de la propuesta, a través de la radio, y no dudó en participar. "Traje mi libro Relato de un náufrago, de García Márquez, y lo dejé en un banco de la plaza con una dedicatoria", comentó la joven mientras observaba, sentada desde su lugar en el picnic, si alguien se lo llevaba. Su amiga Mercedes de Nicolás había elegido de su biblioteca El alquimista, de Paulo Coelho, y lo había dejado en un árbol de la plaza con el deseo de que alguien lo encontrara y se lo llevara para leerlo.
Amor por la literatura
"Nosotras amamos la literatura." Fue la expresión contundente y alegre de Sofía Castillón, de 20 años, quien no dudó un instante en sumarse a la iniciativa, junto con su amiga Olivia Meneses. "Dejar tu libro es como dejar un pedazo de tu historia", expresó Sofía.
Sentados sobre el mantel y rodeados de cosas ricas y de libros estaban dos pequeños de 3 y 6 años. Un rato antes estaban atravesando la plaza con su mamá, luego de salir del colegio, cuando se encontraron con el picnic de la lectura. Los pequeños se sentaron cómodamente y se tomaron todo el tiempo para mirar libros.
Mientras tanto, una "susurradora" con un tubo colorido en la mano ofrecía palabras de distintos libros a los transeúntes y luego les entregaba un papel con los textos recitados.
El picnic de la lectura por la bibliodiversidad se realizó ayer también en otros diez países de América latina, en las ciudades de Santiago de Chile, Lima, Montevideo y México DF, entre otras. La idea es elevar la nominación, de carácter universal, a la Unesco. La elección del 21 de septiembre como fecha simbólica de la diversidad aplicada al mundo del libro se relaciona con que la fecha evoca la variedad, el contraste de colores, la transición, lo nuevo.
"Queremos que haya más libros de más autores. La concentración editorial, por el contrario, tiende a editar menos títulos. Para nosotros la edición es un aporte a la cultura", dijo Schulman.
A las 18, cuando finalizó el picnic, los editores de Edinar y el público fueron dejando libros por toda la plaza con la esperanza de multiplicar las lecturas y de que cada título coseche la mayor cantidad de lecturas posibles.
C. ¿De que manera propende esta iniciativa a dar cumplimiento a nuestros compromisos en materia de derechos humanos?
Nuestra Constitución Nacional -en su artículo 75, inciso 19- reconoce como atribución del Congreso:
"Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales".
Por ello, además de constituir una iniciativa que propende a dar cumplimiento a esta norma constitucional, estamos contribuyendo a poner en práctica los compromisos internacionales en materia de derechos humanos fundamentales, igualmente incorporados a nuestra Carta Magna en su artículo 75, inciso 22.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA CHACO FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)
LEGISLACION GENERAL
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados SOLICITUD DEL AUTOR DE MODIFICACION DEL PROYECTO (AFIRMATIVA)