La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito por la Resolución 68/12 de la Asamblea General de Naciones Unidas, aprobada el 26 de noviembre de 2013, que declara al 2014 como Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.

Señor presidente:

En el año 1947, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estableció por medio de la Resolución 181 la división de Palestina en ocho territorios, con la intención de formar dos estados segmentados (Palestina e Israel, tres territorios para cada uno), más la ciudad de Jaffa, que pertenecería a Palestina pero estaría rodeada de territorios israelíes, y la ciudad de Jerusalén, que se convertiría en una entidad autónoma administrada por Naciones Unidas. Los palestinos aún hoy lo consideran una "injusticia histórica", porque no solo la división no funcionó y no se respetó, sino que se violó el Principio de Autodeterminación de los Pueblos, sustentado por la misma Carta de las Naciones Unidas, al no preguntar al Pueblo Palestino cuál era su opinión al respecto.

Al día siguiente de la partición comenzaron violentos enfrentamientos entre las comunidades. Los ejércitos de los estados árabes vecinos acudieron en ayuda de los palestinos pero fueron rechazados por el ejército israelí, más grande y entrenado. A medida que Israel avanzaba, superaba la línea de división establecida por Naciones Unidas y se establecía en territorios que pertenecían a Palestina. Así, mientras el 14 de mayo de 1948 Israel pudo festejar su Independencia y la creación de su Estado, Palestina el 15 de mayo tuvo que festejar Al Nakba, la catástrofe. Los siglos de existencia que fueron borrados de golpe y para siempre.

Del 43% del territorio que Naciones Unidas le asignó en 1947, para 1967 Palestina apenas podía contentarse con el 22%, debido al avance israelí. Desde entonces, más de quinientas ciudades han sido borradas del mapa, otras han visto hebraizado su nombre y perdida su identidad. Se han arrancado olivos y destruido mezquitas hasta los cimientos. Cinco millones de palestinos han sido desplazados y viven hoy como refugiados en diversos países árabes, miles han muerto sin volver jamás a ver sus casas o sus familias, y cientos son desalojados aún hoy, día a día y de territorios palestinos, para que el gobierno israelí pueda mandar a construir nuevos asentamientos para colonos judíos venidos de todas partes del mundo, quienes tienen un derecho de retorno a tierras palestinas que les es negado a los propios palestinos.

Se ha construido un Muro que zigzaguea entre ciudades palestinas, robándoles otros 600km (adicionales) de tierra, separando familias, escuelas, hospitales y trabajos. Se han llevado presos a niños desde los 12 años por enfrentarse con piedras a tanques, se les ha obligado a firmar declaraciones en hebreo (idioma que no hablan), no se les ha permitido contar con un abogado defensor ni ser visitados por sus familias y se los ha alojado en cárceles con presos comunes. Se ha detenido durante años a palestinos, incluso a parlamentarios, en el limbo judicial: en "detención administrativa", sin derecho a juicio y con causas que forman parte de documentos secretos. Palestina ha debido ver como la ciudad de Jerusalén, Al-Quds, sagrada para tres religiones, la mitad de la cual reclaman para que sea la capital de su futuro estado, se judaíza ante sus ojos.

Mientras tanto, la Comunidad Internacional ha permanecido prácticamente en silencio. Ha apoyado negociaciones de paz destinadas al fracaso, por partir de premisas y de condicionamientos imposibles de cumplir, ha visto como se quiso engañar a Palestina en Camp David, ha votado resolución tras resolución del Consejo de Seguridad que nunca se llevaron a cabo - ¿por complicidad de una cierta potencia internacional aliada a Israel, tal vez?-, ha permitido que se bloquee a Gaza y se demonice a sus habitantes, acusándolos de terroristas por no tener donde esconderse cuando Israel bombardea sus escuelas y hospitales, ha dejado sin resolución la excelente decisión de la Corte Internacional de Justicia de declarar al Muro como ilegal y contrario al derecho internacional y de ordenar su inmediata destrucción; incluso ha permitido que Israel se convierta en una potencia nuclear en una zona antes vacía de ellas.

Ante la pasividad con que hemos visto estos crímenes, aplaudimos dos decisiones recientes de la Asamblea General: que el 29 de noviembre de 2012 haya declarado a Palestina un "Estado Observador No Miembro" (1) por 138 votos a favor, otorgándole el debido - y tardío- honor de reconocerlo como Estado, y que el 26 de noviembre de 2013 haya declarado al año 2014 como "Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino". Y es este acontecimiento el que nos convoca.

Hoy, Israel y Palestina se encuentran negociando nuevamente, con la mediación del Secretario de Estado norteamericano, Sr. John Kerry. Es vital que esta negociación finalice en forma positiva y que conlleve a la creación de dos estados vecinos y seguros en sus fronteras, que permita el regreso de los Refugiados palestinos, el respeto de las tres religiones que conviven en la zona y el cese definitivo de la violencia. Palestina tiene que conformarse como un Estado Libre, Soberano e Independiente con todos los Derechos y Obligaciones que ello significa. Las negociaciones terminan en abril, y de no arribar a una solución, nos afrontamos a la posibilidad de que haya una nueva escalada de violencia, que conlleve a más muertes, más frustración, más territorios que cambiarán de mano y a que aumente la sensación de inseguridad constante que rige en ambos lados de la frontera.

La República Argentina apoya la legitimidad de la lucha del Pueblo Palestino por su libre determinación, su soberanía y por obtener su Independencia. Ya nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha tenido la enorme valentía de reconocer a Palestina como un Estado Libre, Soberano e Independiente en sus fronteras de 1967 (el 22% histórico) mediante el Decreto 1882/10, posición que es acompañada por gran parte de América Latina.

En este año 2014 tenemos que ir por más. Probablemente no haya Pueblo en la historia que haya debido renunciar a tanto como el Pueblo Palestino. ¿Será esto lo que hace tan especiales a los palestinos, lo que los hace llegar a los corazones de ciudadanos de todo el mundo, independientemente de su nacionalidad y religión? A pesar de su sacrificio, aquí están, una vez más comprometiéndose con la paz, mientras Israel sigue tomando la decisión unilateral de construir asentamientos en Cisjordania. Este Congreso Argentino tiene el deber moral y ético de comprometerse con el Pueblo Palestino, como ya lo ha hecho nuestro país al apoyar en Naciones Unidas la resolución 68/12.

Como dijo el arzobispo y premio Nobel de la Paz Sudafricano Desmond Tutu,

Israel will never get true security and safety through oppressing another people. A true peace can ultimately be built only on justice. We condemn the violence of suicide bombers, and we condemn the corruption of young minds taught hatred; but we also condemn the violence of military incursions in the occupied lands, and the inhumanity that won't let ambulances reach the injured (2) . (3)

Sr. Presidente, pido a mis compañeros y compañeras que tomemos nosotros también la responsabilidad de preocuparnos por esta Nación hermana que tanto ha sufrido, que ha debido dispersarse por el mundo llevando su mensaje porque durante décadas los medios de comunicación nos mintieron respecto a lo que pasaba en Medio Oriente. Hay mucho trabajo que como representantes del Pueblo argentino podemos hacer por el Pueblo Palestino. Hay proyectos de ley, de declaración y de resolución en esta Honorable Cámara que aún no han sido tratados, y ¿cuándo hacerlo sino en el Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino?

La República Argentina es un ejemplo en la defensa de los Derechos Humanos, y a los derechos humanos de los palestinos los violan todos los días. Preocupémonos. Visibilicemos el conflicto. Erradiquemos mitos. Comprometámonos con la resolución con éxito del Conflicto en la negociación actual, porque Medio Oriente no puede atravesar por otra guerra y los palestinos no pueden seguir muriendo. Solidaricémonos.

Argentina ya prometió todo esto cuando el 26 de noviembre del 2013 votó a favor de la Resolución 68/12 de Naciones Unidas, la que nos ocupa, la que declaró al 2014 el Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Ahora es momento de empezar a cumplirlo. Hagámonos responsables.

Un gran defensor de los palestinos fue Nelson Mandela, quien observara en una carta pública a Thomas Friedman que, al igual que los sudafricanos, los palestinos estaban luchando por la libertad, la liberación y la igualdad (4) . Honremos su legado.

Por los motivos expuestos, solicito a mis pares me acompañen en el presente Proyecto de Declaración.